Salud o economía

Juan Pablo Pistorio

Juan Pablo Pistorio

La discusión que comienza a darse por estos días

Sin dudas que pocos en este planeta quisieran ocupar hoy los cargos más importantes en los gobiernos de cualquier país del mundo. Estamos frente a una pandemia que no registra precedentes en los últimos 100 años, por tanto, ninguno de los siete mil millones habitantes de la tierra tiene una experiencia previa como para marcar el camino. No obstante, las decisiones hay que tomarlas y cada uno de los líderes están reaccionando de maneras muy dispares. Posiblemente la primera respuesta ante la simple pregunta de que es más importante, si el dinero o la salud, sería la segunda opción, dado que sin vida no hay economía posible. Sin embargo, no son pocos los que aseguran que la paralización económica que se está registrando en la mayoría de los países azotados por el coronavirus, puede ser aún más letal que los efectos de la propia enfermedad. Si bien los gobiernos han anunciado paquetes de medidas económicas inéditas en su historia, muchos aseguran que sería fundamental que todo se vaya reactivando lo más pronto posible ya que las mismas serían insuficientes en el tiempo.

Los defensores de la economía dicen que esto, más allá de causar potenciales muertes, podría generar un caos social basado en la desesperación por la falta de ingresos para satisfacer sus necesidades mínimas. Aún así otros siguen argumentando que la salud está siempre primero, pero por otro lado, no son pocos los que alegan que solo basta poner un ejemplo muy real para hacer por lo menos dudar a quienes se aferran a dicha afirmación. Que lleva, por ejemplo, a una persona a tragar cápsulas de cocaína para ser traficadas de un país a otro, corriendo el riesgo de que estallen en su cuerpo y tener una muerte lenta e inhumana? Claramente, su situación económica es la respuesta. Podría dar más ejemplo de actos casi suicidas como esos donde los seres humanos ponen en jaque su vida en pos de ganar dinero que les permita sobrevivir. Dicho esto, se puede comprender que los líderes de los países más importantes del mundo, estén evaluando suspender las cuarentenas ya que, según su criterio, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Algunos más estadísticos aseguran que aunque los habitantes de un país se enfermaran todos, se sabe que el porcentaje de muertos rondaría entre el 1 y 2% de los infectados, algo que comparado con el daño que produce el cierre de las economías, sería claramente, desde ese punto de vista, un costo más bajo. Suena terrible, pero créanme que es la opinión de muchos. Como sea, se vienen días muy difíciles, donde las decisiones de aquellos que tiene responsabilidades traerán tantos adeptos como detractores, y en el medio, los simples mortales, tendremos que decidir que hacer con nuestra propia realidad, basados en los pocos datos objetivos que tenemos y sin ningún antecedente que nos marque siquiera, una mínima huella a seguir. La buena noticia, si es que se puede darla en este momento, es que la humanidad ha superado catástrofes históricas y que los países más fuertes económicamente seguro darán el puntapié inicial para la tan anhelada recuperación. Solo resta saber el cuándo y mantenernos vivos para verlo.

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